Sobre la satisfacción (filosofía)

28.11.2020

   Esto comienza por estar pensando en frases como "una acción vale más que mil palabras" o "a mi demostrámelo con acciones que palabras sobran" y divagar acerca del valor de las acciones y el por qué las palabras valdrían menos o más que una acción o viceversa. Estas frases ciertamente deben ser acertadas en ciertas situaciones y contextos no lo niego, simplemente que a veces nos olvidamos que nada es acertado siempre (sobre todo lo expresado en palabras) y desde ahí nos gusta adoptar nuestras máximas o propias leyes universales que nos den un poquito de seguridad, pero que lo que suelen hacer es encasillarnos en una estructura de pensamiento que luego nos cuesta bastante superar para ver más allá de esa estructura.  Lo fui relacionando con la idea de tantas filosofías de que un pensamiento, una palabra o una acción, las tres son generadoras de realidad, por lo tanto se podrían tomar a las tres como acciones o "cosas que generan algo".

   Continuando con lo de las acciones se me fue el marulo (cabeza, mollera, cerebro) pensando en que las acciones sin un sentimiento de afecto por la acción misma y de desapego por su finalidad o meta suelen generar mucha ilusión y desilusión -nos ilusionamos pensando su fin y nos desilusionamos si el fin no es el deseado, e incluso a veces llegando a lo deseado en vez de generarnos satisfacción simplemente lo pasamos por alto, pues claro era lo esperado; y así las hacemos encajar en una desdichada concepción de trabajo. Concepción en la cual la satisfacción/remuneración de la acción/trabajo, no es la acción misma sino una satisfacción/remuneración futura, entrando en la modalidad "hago ahora algo que no disfruto esperando recibir una recompensa futura que provenga de algo o alguien".

   En el sistema laboral lo podemos ver muy claro en varios ejemplos, pero mi divague estaba más interesado en esta concepción dentro de nuestras relaciones interpersonales y después quizás extrapolarlo a donde se quiera.

   Así es que se me venía a la cabeza que unx puede hacer mucho por alguien pero si esperamos remuneración de ese alguien ¡¡ahí es cuando perdimos!! Hemos regalado al afuera la posibilidad de remunerarnos/satisfacernos a nosotrxs mismxs. No es que no podamos hacer algo por el otrx, lo importante es no centrar nuestro éxito en la aprobación del otrx. Veámoslo de otra manera: es como darle la responsabilidad de nuestra alegría a que el otro nos acepte, nos felicite, nos diga que lo hicimos bien; qué carga le estamos dando, y si es así es muy probable que para darnos la satisfacción nos mientan, y si son honestos es probable que nos ofendamos -encrucijada. Ni que hablar de los juicios de valor que surgen en las relaciones de cualquier tipo sobre este intercambio de acciones de unx hacia el otrx, unx da mucho, el otrx poco, y las discusiones que esto trae con sus mil variantes. Acá quizás es cuando una palabra vale más que mil acciones, porque en la sinceridad de un diálogo profundo se llegan a estas verdades, pero otra vez este diálogo sincero hay que tenerlo con unx mismx con anterioridad, porque puede ocurrir que ni sepamos quiénes somos o qué queremos.

   Si logramos ese desapego por la aprobación/remuneración/satisfacción externa, la ecuación cambia ya que somos nosotrxs quienes tenemos en nuestras manos la posibilidad de darnos esa satisfacción. Y acá es cuando me parece que surge el inconveniente, porque salta la ficha de cuán poco nos remuneramos/ satisfacemos/ aprobamos. Si queremos hacer algo al respecto, esto nos obligaría a tomar el camino del autoconocimiento ya que vamos a tener que ver qué "medios de pago" son los que nos gustan, cuánto, cómo, en qué situaciones. Para esto también habrá que hacer limpieza de la data exterior que adquirimos ciegamente; ¡ojo! alguna servirá otra no, pero habrá que reanalizarla (hoy y siempre) para no quedar en modo automático y hacernos cargo del camino que estamos eligiendo, "elijo darme lo que me gusta" "elijo darme lo que necesito", puede ser material, pero personalmente en estas frases lo que menos pienso es por ese lado, acá algunos ejemplos: afecto, cariño, comprensión, valor, respeto, límites, estructura, constancia, riesgos, tranquilidad, incertidumbre, certeza, etc.

   Esta autosatisfacción no es que no exista en absoluto, de hecho creo que todxs nos damos ciertas remuneraciones, hacemos algo de ejercicio, nos cocinamos algo rico, nos compramos algo, leemos algo que nos llena, incursionamos en nuevas aventuras, trabajamos compenetrados, compartimos con amigxs. El asunto es lograr que esto no sea totalmente inconsciente, si queremos que crezca habrá que traerlo a la consciencia y permitirnos el placer de querernos y de darnos estos merecimientos.

   También se me ocurre correlacionarlo con el tiempo porque a veces nos decimos que nuestro "yo del futuro", un ser con tal habilidad, con tal físico, con tal carrera, con tal trabajo, con tal riqueza, será quien nos remunere. Así que cuidado porque ese "yo futuro" es sólo una suposición, tan externo o más que cualquier otrx, sigue siendo relegar nuestra satisfacción a algo exterior. Igualmente no digo que no pueda ocurrir, pero sólo puede llegar a ser así si quien soy ahora ya lo está haciendo, porque como se dice no existe más que este instante.

   Claramente no será una satisfacción constante, pero si nos hacemos cargo de ser quienes se dan satisfacción en la vida, ante la presencia de la insatisfacción podremos hacernos responsables y actuar en consecuencia. Estaremos más atentos de si es algo que está a nuestro alcance personal y actual (aquí y ahora puedo hacer algo, mañana con tal cosa puedo hacer algo, si me cruzo con tal y hago tal, y etc al infinito) modificar o no. Creo también que en este entrenamiento de ser nuestros propios remuneradorxs podemos estar más permeables a la incertidumbre y entender que hay momentos en que simplemente no sabemos, y comprender que a veces remunerarnxs significa aceptar que no sabemos qué darnos, y abrazar la espera. Quizás acá este bueno decir que por remunerarse en general hablo de algo tan simple como querernos más, no hace falta darnos grandes logros o cosas materiales, querernos, amarnos es la remuneración máxima.

   De seguro habrá cosas que no podremos cambiar, como dice la frase "mientras viva va a haber platos sucios por lavar", pero creo que cuando estos momentos de insatisfacción lleguen, si estamos haciéndonos responsables de lo que sí nos damos, entenderemos mejor de qué cosas NO podemos hacernos responsables y nos quitaremos pesos insoportables de encima, porque sabremos nuestros límites para dar una mano/ayudar/mejorar una situación, tanto para nosotrxs como para otrxs. Podremos estar más presentes en este oleaje de la vida, y cuando llega lo que no nos agrada del todo hacer, no es tan malo hacerlo conmigo mismx si me quiero, me valoro y entiendo que eso no es todo lo que soy. Al fin y al cabo todo es pasajero, tanto el gozo como el sufrimiento, si no entrego todas mis energías ni a uno ni a lo otro podré dejarme suficiente energía para mi y seguir en mi centro -bastante zen se puso la cuestión.

   Obviamente que ser los encargadxs de nuestra satisfacción lleva un proceso, lo que no hay que creer es que es un proceso que concluya ¡y listo ya sabemos estar satisfechos! Me da la sensación que el trabajo fructífero se da al intentarlo siempre, porque quizás no nos satisface siempre lo mismo. Como dije al principio solemos querer entender todo de una manera directa y sin contradicciones, y muchas veces llegamos a momentos de satisfacción, alegría, extásis de determinada manera, y ahí decimos "ah es por acá, ahora sí ya no me voy a equivocar este es el camino que me gusta" pero ERROR ese fue el camino que te gustó y que te llenó en ese tiempo espacio puntual, no lo trates de fijar sólo tómalo de referencia.

   A partir de lo que leo y siento creo que estas retribuciones personales de las que está bueno darse cuenta que nos podemos hacer cargo, es importante trabajarlas en varios aspectos para que sean completas, es decir, satisfacciones a nivel mental, físico, emocional y espiritual. Cada unx con su propia concepción personal de lo que se quiera en cada uno de estos campos. Tenemos que alejarnos de los estereotipos que adquirimos familiar, social y culturalmente (dato: para alejarnos es conveniente primero verlos bien de cerca y entender de dónde venimos) e ir para adentro, e indagar qué mente quiero, qué cuerpo quiero, cómo quisiera manejar mis emociones y cuál es mi forma de entender algo divino, altruista, filosófico, filantrópico, espiritual, religioso, energético o misterioso, como quieran decirle. Al fin y al cabo cuando hayamos elegido seguramente nos demos cuenta que no hemos inventado nada nuevo, lo nuevo es elegirlo. Hay que ser sinceros con uno e ir puliendo ciertas partes confusas, como por ejemplo no confundir satisfacción con vicios. Tengan en cuenta que al decir vicios no me refiero sólo al alcohol, puchos, drogas, también hablo de un trabajo, un entrenamiento, un modo de pensar, una ocupación, todo aquello que haga de manera inconsciente dañándome o escapando de mi ser y estar. ¡Ojo! No todo lo que hagamos de manera inconsciente es un vicio, si una vez analizado vemos que nos satisface, bienvenido sea, ese es un camino a usar. Traerlo a la consciencia será lo que nos pueda dar la satisfacción de llevarlo a cabo; al fin y al cabo la diferencia entre un vicio y una virtud quizás resida sólo en la consciencia, alguien puede ir a la cancha escapando de su realidad y usarlo para tapar desdichas, mientras otrx puede ir para ampliar y expandir su realidad, lo mismo puede ocurrir con una droga, o con tomar un café, la mente y nuestra consciencia son la herramienta de la que tenemos que hacernos dueñxs, quizás para poder dejar libre a nuestro inconsciente luego y que actúe más suelto porque ya lo pulimos y hemos sacado a la luz sus peores pesadillas, reduciendo nuestros temores, "haciéndonos más nosotrxs mismxs" y aceptándonos. 

   Es interesante saber de dónde partimos, ver qué mente, cuerpo, emociones y espiritualidad tengo, y saber desde dónde parto hacia la dirección que me propongo. Aunque quizás esto se ve un poco avanzado en el camino, porque cuando estás perdidx, estás perdidx, vamos a tener que movernos algo para dejar de estar perdidxs, ahí quizás entendamos un poco dónde estaba. Sin movimiento no hay puntos de referencia para comparar, al fin y al cabo estar perdido es sólo una percepción en base a mi propia referencia, por eso en las filosofías hindúes, taoístas y de meditación en general hay que ir hacia dentro para encontrarse, ese sería como el punto de referencia maestro, todo lo demás se sitúa en base a este. Creo que es importante entender que en esta nueva escala de valores de satisfacciones poco importa la cantidad de remuneración, es decir, no importa que quiera tal trabajo, tal cuerpo, lo que quiero tiene que ser sólo un rumbo y desapegarme del fin o meta que ineludiblemente imagine. Sino volvemos al problema del "yo del futuro", o se disfruta cada pasito o no se disfruta nada, cada pasito es todo lo que hay. Solo luego de sumar muchos pasitos podemos ver un trayecto.

   Si logramos en una generalidad disfrutar el rumbo que pusimos con nuestros deseos, los "logros" que se nos crucen seguro sean más increíbles que cualquier meta que hayamos imaginado, no por ser mejores o peores, sólo por ser mucho más sorpresivos y espontáneos. 

© 2020 El blog que me pinta. Todos los derechos e izquierdos en su lugar.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar