Prositas
escribo
escribo para decir, escribo para soltar,
escribo por realidad, escribo por dignidad,
escribo para soñar, para escupir, para llorar, para llover,
escribo para iluminar
escribo sin necedad jugando con lo que cae
dándole rienda suelta al galope de esta yegua
que cual madre quiere abrazar a toda la humanidad
nace, crece ese que perece y se retuerce
y ni la tumba lo adormece
porque la yumba lo estremece
hasta sentirse tan vivo como merece
La charla entre el periodista y el poeta
uno pregunta con sagacidad
el otro contesta con audacia
uno aprieta sus manos en anhelo de temores
el otro abre su corazón para despertar el llanto
uno busca la verdad
el otro dice su verdad sumergida en su ignorancia
uno apresura el error
el otro erra con calma
Mirá la suerte
Mirá la suerte, juega en el tracto de un animal esperando el salto.
La vida se agita, despierta, y ruge un juguete que te hace pensar.
Se solidifica la suerte y hay miedo a la muerte que te hace esperar.
¿Y mi juego a dónde fue a parar?
en red
Porque la función del poeta es poner en palabras lo que cualquiera puede poner en palabras, la del músico reproducir la música que todos pueden reproducir, la del bailarín bailar la danza que cualquiera puede bailar. Serán otras las palabras, distintas las melodías y diferentes las formas, pero todas hablarán de lo mismo.
Así el carpintero hace la mesa de todos, el astrónomo vislumbra los astros del resto, el monarca rige con la incoherencia del pueblo, y el sabio calla en el silencio de pocos.
re cor te
En un pequeño recorte de la totalidad
pienso, siento, habito y soy
en un pequeñísimo recorte
Y cuánta alegría puede brotar de algo tan pequeño
sabiéndose ignorante del resto
En la ignorancia su gracia
No hace falta más totalidad que este recorte
Talones de Aquiles
Talones de Aquiles marchantes sobre charcos de arena
entre la sangre de dioses, reyes y reinas
Juglares de largas estepas alegran mis cortes andantes
No hay marchas ni motes que darle a las treguas
Momentos de suaves derroches, caricias del alma, disfrutes sin sortes
Un lujo de dioses, la calma en el trote